Aunque queramos apartar la vista al problema, hemos de ser conscientes de la creciente preocupación sobre la salud mental de los empleados y el impacto que esto causa en los entornos laborales y empresariales.
Existen ya empresas, como por ejemplo Gaddex, quienes han aprendido de sus anteriores experiencias en antiguos trabajos y buscando el modo de mejorar la calidad laboral de sus empleados cambiando a la vez el enfoque estratégico.
¿Y cómo? Encontrando un equilibrio entre el beneficio económico de la empresa y las necesidades de sus trabajadores. Por ello, este artículo trata de dar mayor visibilidad a la salud emocional y desestigmatizar el tema de la salud mental en el entorno laboral. No se trata solamente de una satisfacción y comodidad en el espacio físico de trabajo, sino que los problemas de salud generados por el estrés, la responsabilidad laboral, y el volumen de trabajo, deberían tener también una retribución económica.
Sabemos además que cada vez hay más trabajadores con intereses más personales hacia la empresa en la que trabajan, más allá de la retribución económica que generen se preocupan por la filosofía de empresa, por el clima laboral que comparten con sus compañeros y sus valores. Estos últimos deben ser altamente valorados a la hora de incorporarse en un nuevo empleo, ya que el candidato es también quien elige el lugar en el que desarrollar su talento, y su satisfacción y comodidad son factores clave tanto para él como para la organización que le contrate.
Por otro lado, podemos decir que la post pandemia ha contribuido a esta inmensidad de cambios en las empresas y en el vínculo con sus empleados.
El teletrabajo y el trabajo remoto han dado lugar a un aumento en el agotamiento y los problemas de salud mental de los empleados, lo que ha llevado a una mayor fuga de talento y una disminución en la fidelización de los empleados en las empresas.
La falta de presencialidad y contacto físico en las organizaciones ha afectado el vínculo emocional entre los empleados y sus superiores.
Debido a los cambios en el modo de trabajo, el teletrabajo o el trabajo en remoto han aumentado los casos de agotamiento del empleado y a su vez los problemas de salud mental causando una mayor fuga de talento en las empresas y disminuyendo el porcentaje de empleados fidelizados.
Hay conceptos que comenzaron a cambiar a raíz de la pandemia y actualmente; los beneficios de antes no son los mismos que ahora. Las exigencias son otras, y sobre todo en plantillas de gente más joven, donde pretenden una flexibilidad extrema, perjudicando de cierto modo el vínculo emocional jefe-empleado por la falta de presencialidad y contacto físico en la compañía.
En este caso, habría que darle mayor visibilidad a la salud emocional y darle más apertura a este tipo de problemática, con la misma naturalidad con la que tratamos a la salud física.
Es un largo camino por recorrer, pero podemos empezar por desestigmatizar el tema de salud mental y ayudar a las empresas a darle mayor relevancia a un hecho que sucede hoy en día más de lo que imaginamos.
Por fin podemos decir que los trabajadores cada vez se preocupan más por el clima laboral, la cultura organizacional, el bienestar emocional y las políticas de la empresa como elementos clave para su satisfacción y compromiso para con la organización, convirtiéndose en factores determinantes en su elección de empleo.
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